Son conocidos como los héroes de Fukushima. 180 hombres que en turnos de 50 entran en la central nuclear y se juegan la vida para salvar a millones de personas. Trabajadores que pese a sus trajes de última tecnología tienen que soportar extremos niveles de radiación, casi letales.
Bajo la constante amenaza de la radiactividad, las explosiones y los incendios estos hombres se han convertido en los únicos seres vivos de la zona que se atreven a enfrentar una exposición atómica.
Entran con trajes protectores, máscaras y en algunos casos bombonas de oxígeno. Aunque su vestimenta repele la radiación, no escapan a ciertas partículas contaminantes que llegan a su piel.
La radiación empieza a afectar su salud. Según las agencias de prensa japonesas varios de ellos están enfermos y tiene graves heridas. Desde el terremoto, han muerto cinco trabajadores de la central y 22 están desaparecidos.
Sus condiciones de trabajo son extremas. Las temperaturas que enfrentan son altamente dañinas para el ser humano. Sus trajes no les permiten además moverse con facilidad, en una tarea en la que cualquier falla puede ser catastrófica. Bajo el anonimato estos héroes se han convertido en la esperanza de todo un país.
Quienes trabajaron por años en la planta de Chernóbil y que padecieron la tragedia nuclear en 1986, aseguran que estos hombres enfrentan la más peligrosa de las tareas, una fusión nuclear, la pesadilla para cualquier trabajador atómico
No comments:
Post a Comment