20070327

Top 10 Genios del mal

Son extravagantes, megalómanos, desequilibrados, amantes de los gatos y terminan todas sus frases en "Mwa-ja-ja". Son los genios del mal, esa categoría de supervillano a la que le gusta ubicar sus bases secretas dentro de un volcán y no están dispuestos a dejar que nada ni nadie se interponga entre ellos y sus malvados planes de dominación global. Conozcamos a las diez mentes criminales más brillantes de todos los tiempos, capaces de invertir billones (qué digo billones: ¡millones!) en ingeniosas armas de destrucción masiva y secuaces prescindibles perfectamente uniformados. Algún día, el mundo será suyo.

10. Fantômas: Lo suyo era más bien el asesinato indiscriminado y el robo a gran escala, pero que nadie piense que Fantômas es inferior al resto de genios del mal porque nunca soñó con conquistar el mundo. De hecho, tanto su apariencia como su carácter (por no hablar de sus ingeniosas formas de tortura y homicidio), el personaje creado por Marcel Allain y Pierre Souvestre es un supervillano en toda regla, dotado incluso de un hermano gemelo/némesis al otro lado del la ley (Juve) y de un hijo que ya entra directamente en la categoría de asesino en serie (Vladimir). Casi 45 pulps, cinco seriales y seis películas oficiales convirtieron a este maestro del disfraz en un icono del París misterioso de principios del siglo XX, una creación realmente genial que ha sido imitada en numerosas ocasiones, pero nunca superada.

9. El hombre invisible: La duda siempre ha sido si Griffin ya era un perfecto bastardo antes de probar su propia fórmula, o si fue la invisibilidad lo que convirtió a este brillante (aunque un poco soberbio) científico en uno de los mayores sociópatas de la literatura universal. Creado por H.G. Wells en 1896 e inmortalizado por el actor Claude Rains y el director James Whale en la modélica adaptación de 1933, el hombre invisible ha sido siempre un modelo ideal para que autores de todos los tiempos lean en él influencias platónicas o metafísicas, pero lo cierto es que Griffin gana más cuando se le considera un genio del mal en estado puro, sin florituras filosóficas: sus vendas, sus gafas y su batín le han convertido en uno de los villanos de ciencia-ficción más poderosos e icónicos de todos los tiempos. Además, nunca pasa de moda: modernas revisitaciones del mito, como las propuestas por Alan Moore y Paul Verhoeven, no han hecho sino dotar de profundidad y nuevas lecturas al hombre que soñó con un ejército de compañeros invisibles tomando el control del planeta.

8. Fu Manchú: Descrito por su creador Sax Rohmer como "el peligro amarillo encarnado en un solo hombre", el Doctor Fu Manchú siempre fue una creación un poco xenófoba... pero tremendamente efectiva. Dueño de un imperio del mal comparable al de los supervillanos de James Bond, pero mucho menos tecnológico (el Doctor sabe que un dardo envenenado o un sable bien empuñado son mucho más efectivos que cualquier arma de fuego), Fu Manchú ha extendido sus insidiosos tentáculos por todo tipo de productos: radio, cine, novelas, pulps, cómics, series de televisión... Álex de la Iglesia quiso dedicarle una superproducción con Javier Bardem en el papel de Denis Nayland Smith (el comisario que dedica sus días a intentar atrapar a nuestro hombre), pero la cosa no llegó a cuajar: nombremos entonces a Boris Karloff como el Fu Manchú definitivo y soñemos con ese trailer falso de "Grindhouse" en el que Nicolas Cage se pondrá las el bigote y las uñas postizas.

7. Actor Secundario Bob: Culto (puede recitar de memoria la obra completa de Gilbert y Sullivan), refinado y sibarita, Bob tenía más madera de genio del mal que de comparsa de un payaso televisivo, pero el destino quiso que le arrebatara ese puesto a su hermano Cecil. Sin embargo, la cosa no podía funcionar durante mucho tiempo: cansado de que Krusty le disparara como bala de cañón (en uno de sus "anticuadas rutinas vodevilescas"), nuestro hombre consiguió que su jefe fuera encarcelado por un delito que no había cometido y, por tanto, que la cadena le cediera el programa infantil vespertino para convertirlo en un show para futuros intelectuales. Todo iba bien... hasta que Bob conoció a Bart: la rivalidad entre ambos ha dado lugar a algunos de los mejores episodios de la serie ("Actor Secundario Bob Roberts", "Cape Feare", "Sideshow Bob's Last Gleaming", "Hermano de otro programa"), que casi siempre incluían un plan rocambolesco para matar al primogénito de los Simpsons y, de paso, hacerse con Springfield. A lo largo de las temporadas, Bob se ha reformado, ha colaborado con la policía para salvar la vida de Homer y se ha convertido en alcalde de un pueblo toscano, reportándole a Kelsey Grammer un Emmy en 2006 por su portentosa labor. La única razón por la que Bob no ha llegado al Top 5 es que, en caso de tener que decidir entre conquistar el mundo o matar a un niño con pelo de punta, siempre elegiría la segunda opción.

6. Cerebro: "Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky: ¡tratar de conquistar el mundo!". Quizá sea la frase más citable de toda la animación noventera, pero no es, ni mucho menos, el único momento glorioso que tuvo su autor en su larga andadura televisiva (que se extiende a lo largo de cinco años y tres series distintas). La idea de tener a dos ratones de laboratorio modificados genéticamente que tratan de conquistar el mundo se hubiera quedado bastante coja si esos dos ratones no hubieran sido creaciones animadas de primer orden: Pinky, el idiota, se metía al público en el bolsillo con suma facilidad; pero era Cerebro el que realmente hacía que la cosa funcionara. Con la voz de Orson Welles y el cerebro de Napoleón, este ratón superinteligente elaboró decenas de planes para someternos a todos que, invariablemente, contenían al menos una parodia/referencia a un hito de la cultura popular y una razón de peso por la que la cosa fracasaba estrepitosamente (normalmente, las idiotez de Pinky o de la gente a la que intentaba dominar). "Pinky y Cerebro" llevan ya dos DVDs recopilatorios publicados, pero todos sabemos que se merecen un reconocimiento mucho más amplio del que tienen. Un momento... ¿Estáis pensando lo mismo que yo?

5. Profesor James Moriarty: La némesis de Sherlock Holmes solo necesitó dos relatos para ganarse ese título, lo que nos puede dar una idea de la fuerza arrolladora que tiene este personaje, creado también por Conan Doyle. Matemático brillante que decidió dejar la vida académica por la delictiva, el llamado Napoleón del crimen no necesitó demasiado tiempo para convertirse en amo y señor de los bajos fondos londinenses, supervisando personalmente hasta el más nimio atraco que tenía lugar en sus calles... y pidiéndole cuentas al atracador. Es por eso que a muchos fans les gusta ver el canon de Holmes como una lucha constante contra Moriarty, que solo aparece directamente en "La solución final" (donde lucha a muerte con el detective en las cataratas de Reichenbach). Pero no importa que Conan Doyle decidiera (muy sabiamente) matar al personaje cuando le correspondía: Moriarty ha seguido vivo en infinidad de pastiches, parodias y homenajes a su obra, llegando incluso a viajar a borde la nave Enterprise (de forma virtual, al menos) o a enfrentarse a Fu Manchú en una batalla aérea sobre Londes ("The League of Extraordinary Gentlemen: Vol. 1").

4. Lord Voldemort: Una de las características más irresistibles de un genio del mal es que su atractivo como personaje es inversamente proporcional al tiempo que aparece directamente en la historia. En ese sentido, el Señor Oscuro es un acierto de proporciones épicas: J.K. Rowling sabe que un villano como este necesita que hablen DE él en muchos más pasajes que en los que hablen CON él. Así, casi todo lo que sabemos sobre este genocida y epítome del Mal nos lo han contado otros (sobre todo Dumbledore): su naturaleza de mago mestizo, el entrañable hogar en el que se crió, su tiempo en un internado, sus conflictivos años en Hogwarts, su imparable progresión en las artes oscuras, su primer ataque a la comunidad mágica, su visita nocturna al hogar de los Potter, las consecuencias que esta tuvo para él, su difícil renacimiento, sus planes para un segundo ataque... A falta de saber cómo acabará todo, no es muy arriesgado pronosticar que este supervillano, al igual que le sucedía al Actor Secundario Bob, va a tener que ver cómo un niñato desbarata (una y otra vez) sus ambiciosos planes de dominación mundial.

3. Blofeld: Pasará a la historia por haber sido la principal fuente de inspiración de una de las mejores creaciones cómicas del cine moderno (el Doctor Maligno), pero Ernst Stavro Blofeld es más que eso. Para empezar, se trata del malvado más recurrente con el que se ha enfrentado James Bond: nada menos que seis películas (siete, si contamos "Nuca digas nunca jamás") y tres novelas avalan la inconmensurable perfidia del fundador de SPECTRE, la organización terrorista más pop que el mundo ha conocido. En lo que se refiere al factor estético de un genio del mal, Blofeld, en sus diversas encarnaciones, creó escuela: su aparición parcial en "Desde Rusia con amor", donde solo mostraba su mano, su regazo y su sempiterno gato blanco (que NO se llamaba Mr. Bigglesworth) ha sido imitada hasta la saciedad en dibujos animados y series de televisión de medio pelo. Si a eso le sumamos su gusto por las guaridas malvadas de titánica extravagancia, su Número 2 (Emilio Largo) con parche en el ojo y su espectacular muerte en "Sólo para sus ojos" (últimas palabras: "¡Señor Boooond...!"), tendremos el genio del mal más arquetípico de todos los tiempos. Y lo peor es que, pese a todo, la gente le mira y solo se acuerda de lo del puñetero láser...

2. Doctor Muerte: Víctor Von Muerte (o Van Damme, si estamos hablando del Universo Ultimate) pasó un tiempo como mad doctor antes de convertirse en un genio del mal propiamente dicho. Un tiempo en el que conoció y aprendió a odiar a Reed Richards, futuro líder del supergrupo al que Muerte juraría odio eterno desde su trono de Latveria, país que gobierna con (ejem) mano de hierro y que, además, le ha concedido inmunidad diplomática, algo muy útil si eres un supervillano que tiene por costumbre atacar Estados Unidos. De todos modos, los 4 Fantásticos no son los únicos héroes que han dado al traste con las ansias de dominación de Víctor: su categoría de personaje icónico y terriblemente carismático le ha llevado a partirse la cara con prácticamente todos los grandes héroes de Marvel, incluso con su versión no-muerta ("Marvel Zombies"). En cuanto a su personalidad, pues no difiere mucho del ideal de tirano megalómano que todos tenemos en mente: estamos hablando de un hombre capaz de ejecutar a uno de sus súbditos porque le parece que se ha reído a su paso, en lugar de agacharse y mostrar sus respetos. Al fin y al cabo, estamos hablando de un hombre que no solo quiere conquistar el mundo, sino que cree que el mundo se lo debe.

1. Stewie Griffin: O el hijo que los nueve genios del mal anteriores hubieran querido tener. Stewie aún no ha cumplido un año (aunque "Padre de familia" lleva emitiéndose desde 1999, con una gran laguna desde 2002 hasta 2005), pero ya empezó a trazar planes sobre dominación mundial y bombardeo de las principales ciudades europeas desde el útero materno, así que mucho cuidado con él. Cierto: en las últimas temporadas, el personaje ha evolucionado de pequeño matricida con ínfulas de dictador a algo mucho más complejo y genial (¿quién podría describirme al Stewie de las dos últimas temporadas?), pero ceder a la tentación colocar en el primer puesto a un bebé que habla como Rex Harrison en "My Fair Lady" y se comporta como un villano de Bond ha sido imposible. Ahí va un somero e incompleto repaso de las razones por las que Stewart Gilligan Griffin es el rey de la animación moderna: su interpretación de "Rocket man" al estilo William Shatner, su rivalidad mortal con Bertram, el episodio en el que Brian y él se quedaron pegados, su viaje al futuro, su momento Ferris Bueller de camino a la piscina municipal, cuando le hizo eso a John Lennon, su contundente táctica contra los morosos ("Where's my money, man? Where's my money?"), su complicada relación con Olivia, su recién descubierta inclinación por el sado (siempre que sea su madre la que le pegue), su osito Rupert, su confusa sexualidad, su baile con Gene Kelly... Ya, pero, ¿la familia puede entender lo que dice, o qué?

Gracias a Noelio por la lista.

1 comment:

El Toño said...

%100 de acuerdo que stewe es el mejor genio del mal.

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